Apenas regresé de Suecia entré en estado de shock. En Suecia es un tema naturalizado que las mujeres se acerquen a los hombres para invitarlos un trago, a bailar o ir a la cama. Y ese comportamiento es muy típico de los escandinavos, los fineses y los islandeses. También en Europa del Norte. La gente, sobre todo si es soltera o sola (divorciada, viudas, etcétera), vive el sexo de una manera libre y natural. A mí me costó adaptarme. Estaba acostumbrada a tener una actitud pasiva frente a los hombres. Ellos proponían y yo disponía. Pero siempre en un contexto en donde los hombres tomaban la iniciativa. Ir a una disco y acercarme a un tipo no era una opción para ninguna chica más allá de que algunas se hacían las liberales y no les importaba “el qué dirán”, pero a la larga les importaba y mucho.

Allá una vez que me adapté al sistema pude vivir en forma plena el sexo. Tuve relaciones con más de un hombre a la vez y también tuve sexo con mujeres. Participé de varias y variadas orgías. Cuando tuve una pareja estable éramos swingers. Me desinhibí del todo y ahora sé que me gusta y no me gusta en la cama. Es normal decirle a un amante en Suecia que te gusta y que no. Acá los hombres se espantan. Sólo quieren saber qué número son en mi historial sexual y no tengo otra que mentir. Sí les digo que perdí la cuenta o que calculo que superan los quinientos – entre hombres y mujeres – se espantan. Se van corriendo y no llaman nunca más o le dan mi teléfono a todos sus amigos como si fuera la puta de turno. No entienden que lo hago por mi placer. Que soy libre de hacer lo que quiera.

Otra cosa es la inevitable comparación. Cómo son los suecos en la cama, cómo la tienes, es cierto que son mecha corta y otras estupideces que no vienen a cuenta. Nada mejor que decirle a un hombre que la verdad que los suecos son mucho mejores amantes que los peruanos (casi siempre están borrachos y eso afecta su performance sexual de manera notoria) y que en Suecia hay grandes comunidades de todos los países. Zlatan es sueco pero viene de croatas. Cuando les digo que hay muchos negros de África ya empiezan a asustarse. Empiezan a cambiar de tema pero yo insisto en decirle a ese en particular que mira compadre, tú al lado de un zapato 45 africano eres del tamaño de un niño de 8 años. Y les saco mi consolador extra large de 12 pulgadas y salen corriendo. Que los llama la mujer, que tienen cosas que hacer y así empiezan a asustarse. Entendí que sacar mi juguete es la mejor forma de sacar a un hombre de mi cama. No soportan la comparación con Drogba.

Ya me cansé de esto. Ahora sólo voy a la cama con extranjeros o saco el dildo para divertirme solita. Veremos cuanto me dura la abstinencia perucha, ya que de vez en cuando me gusta comerme un charqui con olluquito.

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